domingo, 3 de octubre de 2010

La infancia continuó...

Con 12 años, recientes. Era septiembre, tras haber pasado dos semanas de su cumpleaños, la niña aun se divertía con sus juguetes. Varios humanos, a quienes ya había torturado, asesinado e incinerado posteriormente. Uno de sus favoritos era un espada, perfectamente afilada,, la empuñadura robusta, de plata forjada, con un rubí pulido engarzado en la parte superior, . Sin embargo era ligera y larga. Era preciosa, perfecta. Le impresiono nada mas verla. Ya Lucifer le había enseñado como usar tal arma, era una de sus armas favoritas, entonces con dicho regalo aumento su devoción hacia tal arma.
Había sido un regalo de su hermano Ryan, por lo tanto no cedió en la idea de estrenarla con el. No puedo ser antes por la ajetreada vida de Ryan, así que Wendy tuvo que esperar ese tiempo. Pero el día llego. Wendy se vistió en su cuarto. Camiseta roja con mas mangas cortas, pantalones negros estrechos en los tobillos decorado con un cinturón, en el cual iba colocada la vaina para la espada, unas botas negras, sin tacón, de caña no muy alta. Se recogió el pelo hacia atrás con un par de horquillas negras. Agarro la espada dispuesta sobre su cama y la introducio en su vaina . Salio hacia el jardín, donde se encontraba la zona de entrenamiento. Ryan ya la estaba esperando allí, con su espada. Preparado para luchar.
-¿Estas lista pequeña?-la miro de arriba abajo, después desvió la vista a su espada y mostró sus colmillos en una sonrisa.
- No me llames pequeña Ryan. Y si, estoy lista, ¿a caso no lo ves?- Dijo, sacando su espada.
Este, arremetió contra ella, quien paro el golpe con su espada, devolviéndolo al instante. Ryan no pudo pararlo y recibió una tajada en el brazo. La cual rompió la camiseta y dejo caer varias gotas de su sangre al suelo.
-Veo que Luci no se dedico a jugar al parchis contigo ¿verdad?
-Exacto, ciertamente al parchis soy realmente mala.-Dijo, colocándose de nuevo para defenderse.
La herida del brazo de el se curo al instante. Siguieron varias horas asi, atacando, parando y devolviendo. Algún rasguño mas, que se curaban al instante, ya que las espadas no poseían ningún hechizo, veneno, ni nada parecido que hiciese perdurar la herida. La pelea termino sin ningún ganador.
- En fin, creo que visto esto, la próxima vez jugaremos al parchis ,¿vale?-le comento Ryan divertido.
-No creo que acepte ese reto.-Le respondió ella mientras caminaban hacia casa a darse una ducha.

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