jueves, 7 de octubre de 2010

La familia no es la familia, ¿esto como es?

La familia comenzaba a estar muy rara, Wendy crecia y lo notaba, ya que era muy inteligente. Cuando tenia sus 14 años aparentes se percato de que no era la unica que renegaba de su padre, sino que varios mas lo hacian. Poco a poco comenzo a confesarle cosas a Ryan y Sasha, intentando que ellos fueran quienes le contaran cosas. Por fin, logro que Ryan le contase porque estaban todos como ella.

Fue entonces cuando lo descubrio todo, lo que sin embargo tampoco le sorprendio demasiado, ya que en el fondo ella lo habia notado desde siempre, aunque de un modo subconsciente, lo cual no le permitia saberlo a ciencia cierta.
Su padre, o el que siempre se habia dicho que era su padre, resulta que no lo era, bueno, mejor dicho, no era el padre de todos. Ya que Shara Evans, madre de la familia, tuvo una aventura amorosa con Orfeon Stamer de la cual nacieron tres de sus hijos: Sasha, Ryan y Wendy. Que hasta hacia poco tiempo estaban bajo el desconocimiento de sus verdaderos orígenes.
Cuando descubrieron su ascendencia Stahmer, volvieron a la búsqueda de sus hermanos, los cuales aceptaron, aunque no sin algunas pegas.

El primero a quien Wendy conocio fue Arcore, uno de los cuales era mayor que ella. Al parecer su relacion no iba a ser muy buena, ya que Wendy era reacia a eso de tener mas hermanos que no fueran los que ya tenia, o conocia mejor dicho. Todo ello aliñado con el carácter frio, borde y agresivo de ambos, tenia toda la pinta de ser el futuro del nuevo big Bang.

Arcore, se pasa gran parte de su tiempo intentando luchar por mantener a su familia con vida, algo que Wendy odia, ya que se cree lo suficientemente poderosa para protegerse sola. Su ego, le hace a los ojos de ella insufrible, ya que se cree superior al resto y mas guapo que ellos, lo ve como si quisiera quitarle dicho puesto que ella posee y protege con tanto anelo. Su unico parecido es que ambos adoran el dolor ageno casi tanto como sus propios rostros. Su pasado amoroso es angustioso. Se enamoró y eso es algo por lo que Wendy le ve mas debil que ella, ya que jamas se enamorara. Ya que ella ve el amor como la debilidad. Su mayor problema es no comprender la diferencia entre amor y proteccion lo cual acarrea serios problemas, sobre todo con sus hermanas, las que aveces confunden sus intenciones. Wendy no es una de ellas, por lo que casi le tiene mas desapego aun. Su agresividad aumenta de forma peligrosa y su sentido de lo correcto desaparece, con facilidad, lo cual le convierte en una arma dificil de dominar. Pero ella sigue creyendose superior a el. Se mantiene cuanto mas alejada de el le es posible, mejor.

domingo, 3 de octubre de 2010

La infancia continuó...

Con 12 años, recientes. Era septiembre, tras haber pasado dos semanas de su cumpleaños, la niña aun se divertía con sus juguetes. Varios humanos, a quienes ya había torturado, asesinado e incinerado posteriormente. Uno de sus favoritos era un espada, perfectamente afilada,, la empuñadura robusta, de plata forjada, con un rubí pulido engarzado en la parte superior, . Sin embargo era ligera y larga. Era preciosa, perfecta. Le impresiono nada mas verla. Ya Lucifer le había enseñado como usar tal arma, era una de sus armas favoritas, entonces con dicho regalo aumento su devoción hacia tal arma.
Había sido un regalo de su hermano Ryan, por lo tanto no cedió en la idea de estrenarla con el. No puedo ser antes por la ajetreada vida de Ryan, así que Wendy tuvo que esperar ese tiempo. Pero el día llego. Wendy se vistió en su cuarto. Camiseta roja con mas mangas cortas, pantalones negros estrechos en los tobillos decorado con un cinturón, en el cual iba colocada la vaina para la espada, unas botas negras, sin tacón, de caña no muy alta. Se recogió el pelo hacia atrás con un par de horquillas negras. Agarro la espada dispuesta sobre su cama y la introducio en su vaina . Salio hacia el jardín, donde se encontraba la zona de entrenamiento. Ryan ya la estaba esperando allí, con su espada. Preparado para luchar.
-¿Estas lista pequeña?-la miro de arriba abajo, después desvió la vista a su espada y mostró sus colmillos en una sonrisa.
- No me llames pequeña Ryan. Y si, estoy lista, ¿a caso no lo ves?- Dijo, sacando su espada.
Este, arremetió contra ella, quien paro el golpe con su espada, devolviéndolo al instante. Ryan no pudo pararlo y recibió una tajada en el brazo. La cual rompió la camiseta y dejo caer varias gotas de su sangre al suelo.
-Veo que Luci no se dedico a jugar al parchis contigo ¿verdad?
-Exacto, ciertamente al parchis soy realmente mala.-Dijo, colocándose de nuevo para defenderse.
La herida del brazo de el se curo al instante. Siguieron varias horas asi, atacando, parando y devolviendo. Algún rasguño mas, que se curaban al instante, ya que las espadas no poseían ningún hechizo, veneno, ni nada parecido que hiciese perdurar la herida. La pelea termino sin ningún ganador.
- En fin, creo que visto esto, la próxima vez jugaremos al parchis ,¿vale?-le comento Ryan divertido.
-No creo que acepte ese reto.-Le respondió ella mientras caminaban hacia casa a darse una ducha.

sábado, 2 de octubre de 2010

principio de infancia...

El bebe poco a poco fue creciendo, mas rápido de lo normal, por el simple echo de ser demonia. Se pasaba el día con Sasha y Ryan quienes le aprendían a cazar y a utilizar sus poderes.
Solía pasar todo su tiempo con ellos, con Shara o con Lucifer. Todos estaban bastante extrañados de que la niña no quisiera jamas ir con  su padre. Cuando le preguntaban porque, contestaba friamente que ella no le sentia como su padre.
Su infancia estuvo repleta de sangre, la niña adoraba asesinar, solo paraba cuando ella lo deseaba. No le gustaba que nadie le diera ordenes y cuando pretendían dárselas, su mirada se tornaba fría, casi adulta.
A medida que fue creciendo y aprendiendo se volvía mas fría y oscura, una demonia dura.
Cuando alcanzo los aparentes 6 años, Lucifer decidió que era el momento de que el la entrenase duramente. Cada tarde se reunían en el castillo de este y dedicaban el tiempo a entrenar, le enseño los secretos de cada uno de sus poderes. Los métodos para usar las armas, también como maldecirlas. Maldiciones a personas y hechizos. Cada vez se hacia mas fuerte, el sueño de Wendy era llegar a ser como sus hermanos, como Ryan y Sasha. Eran su referencia.
Deseaba ser aun mas fría de lo que ya era. Cuando Lucifer decidía que era el día de los humanos, ambos se dedicaban a torturar humanos y matarlos. Cada nueva tortura que descubría, cada punto de dolor mas le gustaba, cada gota de sangre que brotaba del ser.

Shara aveces la miraba y se preguntaba si su niña no tenia sonrisa. Ciertamente era raro verla sonreír. Solo sonreía con el dolor, con el dolor producido a otros, era sádica hasta dicho punto. Adoraba matar, como cualquier niño adora una piruleta.

viernes, 1 de octubre de 2010

Nueva existencia.


Era una noche oscura, como todas las noches e incluso la mayoría de veces los días, allí abajo. Donde el sol no llegaba nunca, ya que sus rayos no podían traspasar esos miles de metros de tierra que reposaban firmes y seguros sobre el infierno. Aunque ciertamente aquella oscuridad era relativa, ya que el fuego rodeaba todo aquello, dando una luz tenebrosa. Pero realmente era oscuridad lo que había, por mucho fuego que lo rodeara. Aquella noche algo iba a suceder. Una niña iba a nacer, una niña engendrada en el seno de un amor prohibido, del que ya varios frutos habían madurado y salido al exterior, como rayos de oscuridad que se hacían valer en la propia negrura haciéndose brillar. Hijos de la oculta relación entre Ofeon Stahmer y Shara Evans. La niña, si ese fuese el modo de denominarla, debía nacer dicha noche. Shara estaba en la cama, preparada para el nacimiento, rodeada de sus hijos, junto con un medico capacitado. Nació sin problemas, el parto sucedió con normalidad, s i puede considerarse normal el nacimiento de una pequeña demonia destructora y violenta.
Era una pequeña bebe perfecta, cuando el doctor intento golpearla para que llorase esta se le lanzo al cuello matándolo al instante. Quedando, al terminar dicha faena, sentada sobre el cadáver sonriente, como si acabase de comerse una piruleta muy dulce. Ryan, uno de los hijos mayores, no por esto dejaba de ser aun un niño, la cogió con cuidado, entregándosela a su madre. Cuando la tuvo en sus brazos Shara la miraba con dulzura, asombrada por la maldad que emanaba de ella y al mismo tiempo la frialdad que mostraba su pose, a pesar de ser un bebe. Su hijo Ryan se acerco, para mirar a su pequeña hermana recién nacida.
-Es preciosa.-susurro este a su madre.
-Lo sé, es la viva imagen de sus hermanos.-todos sonrieron, mirándoles, mirando a la niña lo mas cerca que podían.
-¿Cómo la llamaras?-Pregunto Norma con curiosidad.
-No lo se. ¿Qué os parece Wendelyn?
-Me encanta, es perfecto mama.
A la niña pareció gustarle su nombre. Su sonrisa era diabólica, con una curtación de labios exquisita, y cuando abría la boca, casi vacía, ya podían verse sus dos pequeños colmillos sobresalientes en la encia. Y sus ojos, negros, tan negros como el azabache, no aun mas, como las plumas de un cuervo, con un mínimo fulgor blanco en ellos, que apenas se podía percibir, mirarla era como una exhalación, su mirada era a la vez infantil y maligna, repleta de una sed insaciable. Al instante todos se dieron cuenta de que sucedía, incluso después de haberse ventilado al doctor seguía teniendo hambre. Fue entonces cuando su hermana Sasha la cogió en brazos, le beso su pequeña cabeza, apenas con unos pocos mechones negros y le sonrío.
-¿Así que ya tienes hambre pequeña?-le susurro al oído, mientras la sujetaba contra si misma.
Ella asintió, sorprendentemente entendiendo cada palabra de su hermana, con apenas unos minutos de vida. Ambas se dispusieron a salir del cuarto, pero Shara llamo su atención.
-Sasha, ¿Qué pretendes? Aun es muy pequeña para cazar, cazaremos para ella.-la niña escuchaba a su madre y ponía una extraña mueca infantil de protesta.
-Sinceramente creo que no hará falta mama.-La mirada de Sasha fue hasta el cadáver y la de su madre la siguió, ambas soltaron una pequeña risa, al igual que el resto de hermanos que se encontraban en la habitación.
-Esta bien, pero no la dejes sola. Aun temo por ella, tenemos enemigos, recuérdalo.
-Lo sé. Pero incluso siendo un bebe es mejor que ellos, nunca lo dudes.
Con esto ultimo ambas desaparecieron del lugar. Tras estar satisfechas ambas, dieron por finalizada la caza. Caminando tranquilamente de regreso a casa sin ningún suceso relevante de por medio. Instalando a la niña en su dormitorio